«Al alma del almendro te requiero
Que tenemos que hablar de muchas cosas
Compañero del alma, compañero».
Elegía a Ramón Sijé, Miguel Hernández
Querido Luis Fernando, maestro, amigo y compañero, cuánto siento no haberte escrito esta carta cuando aún pudieras haberla recibido.
Ahora que releía algunas de tus obras y artículos, seguía admirando tu vasto saber sobre historia, arte, filosofía, literatura y, sobre todo, psicoanálisis, fundamentado en tu dilatada vida profesional, desde tus primeros estadios en París en los hospitales de St. Anne y en la Salpetrière y después en tu larga vida como psicoanalista.