Partiendo del incesto, sobre todo en la relación padre-hija, se acomete la incestualidad, principalmente en la relación madre-hijo, aunque asumiendo otras presentaciones. Frente a un incesto actuado, define la incestualidad como de orden moral. Estudia las características narcisistas de la investidura de la madre al hijo. Estando fuertemente idealizado, se hace depositario de lo fallido en la madre, convirtiéndose en un objeto-fetiche que tapona el vacío interior de esta. Se produce una fuerte unión, que proyecta lo negativo sobre terceros, en una tonalidad abiertamente paranoica. La falta de desarrollo y de maduración puede ir haciéndose patente con el tiempo, con importantes estallidos de rabia, tanto a favor como en contra de una separación, solo plausible de la mano de un tratamiento. Finaliza el texto con una nota en que el autor nos habla del insight que tuvo entre Siena y Florencia en 1978, entre una pintura estática centrada inmutablemente en la Virgen y el Niño y una pintura dinámica y abierta en que se introduce la perspectiva renacentista, para figurar el contraste entre un Antedipo fijado estáticamente a su madre (en que se basa el desarrollo de lo incestual) y un Edipo abierto a la perspectiva ofrecida por la triangularidad.
Palabras clave: Incestual, Incesto, Narcisismo, Edipo, Antedipo, Rabia, Proyección, Paranoia, Objeto-fetiche