Esta tragedia, de dimensiones incalculables en todos los registros,social, económico, sanitario y personal, dejará huellas profundas en todos nosotros.
El dolor, la angustia y la incertidumbre, junto con la percepción más evidente de nuestra propia fragilidad y el temor por los seres queridos, han trastocado los afectos, y puesto a prueba la resistencia frente a la adversidad.
También han trastornado muchos de los valores y certezas sobre la aparentemente cómoda y segura situación en nuestra civilización y cultura.